domingo, 19 de julio de 2009

viernes, 10 de julio de 2009

Siendo poco delicado para una niña de veinte años manipular el género del pantalón en la entrepierna para poner los alfileres, me puse nerviosa. El bigotudo, porque era un bigotudo, frente al espejo miraba su brageta y sonrreía. Cuando coloqué los alfileres, la primera vez me dijo:
-Tome un poco más, vamos- con aire puerco.
Le obedecí y volvió a decirme con el mismo tono, riéndose:
-Un poco más,niña, ¿no ve que me sobra género?
Mientras hablaba, se le formó una protuberancia que estorbaba el manejo de los alfileres. Entonces, de rabia, agarré la amohadilla y se la tiré por la cara. La patrona no me lo perdonó y me despidió en el acto diciendo que yo era una mal pensada y que la protuberancia se debía al pantalón que estaba mal cortado.

jueves, 9 de julio de 2009





Una mujer con sueño